La Chimeneaes un símbolo del Pueblo y fue testigo de medio siglo de su historia.
Al pie de ella trabajaron cientos de personas con miles de sueños o simplemente para día a día poder mantener su familia.
Gerardo Mercedes Garro, oriundo de Pozo del Tala, trabajó un año para terminarla y el 30 de diciembre de 1943, su obra se ve culminada transformándose inmediatamente en uno de los íconos arquitectónicos del pueblo.
El Aserradero Santa María ya teníala Chimenealista para poner en funcionamiento las máquinas sin fin, parqueteras, discoencuadradoras, machimbradoras y máquinas para aspirar la cinta entre otros aparatos. Las maderas que mas se procesaban eran el algarrobo, tintitaco y quebracho aunque este último por ser tan resinoso en esta zona no era muy utilizado.
Poco tiempo después de su construcción sobrevive al gran terremoto de San Juan y a la explosión de una caldera.
Las calderas traían aparejado dos problemas: en primer lugar, producían mucho humo, perjudicando la salud y la visión de los operarios. En segundo lugar, producían chispas que podían ocasionar incendios por el aserrín y la madera almacenada.
Como solución a estos problemas, se pensó en construir una chimenea.
Campodónico se anoticio de un avezado albañil que por aquellos días desarrollaba su oficio en la localidad de Concarán llamado MERCEDES GARRO, al que le encargo la obra. Su esposa era Doña Julia Díaz, con la que tuvo ocho hijos. Dos de los cuales nacieron en Quines: Alberto y Carlos.
Campodónico se anoticio de un avezado albañil que por aquellos días desarrollaba su oficio en la localidad de Concarán llamado MERCEDES GARRO, al que le encargo la obra. Su esposa era Doña Julia Díaz, con la que tuvo ocho hijos. Dos de los cuales nacieron en Quines: Alberto y Carlos.
Con su personal a cargo, cavó los grandes cimientos y empezó a levantarla. Era una “obra delicada”, según sus dichos. Los ladrillos estaban hechos en cuña, especialmente cocidos por los ladrilleros del lugar, para calzar el pozo balde, de setenta y seis metros de profundidad, para la chimenea y los túneles que traían el humo desde las calderas.
Luego de seis semanas, ya se erguía más de la mitad sobre el paisaje. De ahí en más, se haría por etapas. No había que levantar más de un metro por vez, luego dejar secar por varios días y recién seguir levantando. Sabia que si construía de golpe sobre material húmedo, la estructura colapsaría por su propio peso.
Don Garro, consiente que debía mantener una plomada perfecta hasta el final, ya que de eso dependía la estabilidad de su obra, seguía levantando los andamios periféricos. También tenía que tener en cuenta la escalera interior y el pararrayos. La tarea era doblemente agotadora, porque la tensión muscular y el vértigo, hacían que a cada tanto tenían que bajar para estirar las piernas.
Tal vez, mientras sus ayudantes bajaban las herramientas, se dedicó por algunos minutos a otear el paisaje desde su obra cumbre. Hacia el Este, los dos campanarios, y los grandes eucaliptos de la plaza Lafinur. Al Sur la estación de trenes, las grandes estivas de carbón, los corrales llenos de mulares esperando a ser cargados, tal vez, para Bolivia, la curva del camino a San Luís y las serranías. Al Norte, la rectitud de las vías a Candelaria y las sierras de Ulapes. Al oeste la Escuela de Las Casas Blancas y la inmensidad del bosque nativo.
Seguramente al bajar, todos deben haber sentido el orgullo de la tarea cumplida. Con sus rostros quemados por el sol abrasador del verano. Era el 30 de diciembre de 1943, solo quince días después, tuvo la primera prueba de fuego. Soporto orgullosa el terremoto que desbastó la ciudad de San Juan (15/ 1/ 1944). También salió indemne del terremoto de la ciudad de Caucete (23 /11/1977). Los fuertes vientos y las grandes tormentas parecían no hacerle daño. Pero como nada de lo que construye el hombre es eterno, un rayo la partió de arriba abajo el sábado 13 de diciembre 2008, a las cuatro de la tarde.
Aun sigue en pie, con ella, caerá el recuerdo de una de las épocas más prospera de Quines. Fue uno de los emprendimientos madereros más grandes del centro del país, marcándole la identidad forestal a la economía de nuestro pueblo.


No hay comentarios:
Publicar un comentario